No es un Año Nuevo de tantos

Author: Devendrah / Pequeñas memorias: ,



Si es un año más, festejamos. ¿Por qué no festejar cuando es un año menos? Dejemos que nuestras historias vuelvan a entrelazarse por última vez. Sonreíd. Comed y bebed como si fuera el ùltimo día del año... Esperad. Lo es.





Saquemos, en primer lugar, el pavo del horno. El recalentado de Navidad ha quedado abandonado en unos cuántos pequeños moldes en el fondo del refrigerador. Tenemos que supervisar que el pozole no quede ni muy picante ni muy desabrido. El ponche aún les agrada a los invitados en año nuevo, pero será mejor sacar unas cervezas y unas botellas extra. La mesa la ha puesto mi sobrina, que ha ido a comprar en este momento unas servilletas que por las prisas de ayer, olvidé comprar.
Veamos, el pozole ya hierve. La lechuga está cortada, la música dispuesta y la casa, decorada. Hace frío pero no tengo tiempo de ir por un suéter. Presiento que algo me falta. Los cubiertos, el café, el postre, la botana. Todo está listo en sus respectivos platos, vasos o lugares. Algo falta aún. ¡Las uvas! ¡Las dichosas uvas no están! Oh, dulce y querida sobrina que se las ha comido. La mataré en cuanto regrese. Pero el teléfono suena.

_¿Tía?_
No, tonta, soy el panadero en casa de tu tía.
_Sí, hija. ¿Qué pasa?_
_¿Necesitas algo más, además de las servilletas?_
Dímelo tú, pequeña tragona. No se cómo te mantiene tu madre.
_Sí, querida, las uvas. Es lo único que falta_
_Está bien, ya las llevo. Son de las últimas. La gente se abalanza en esta época por las uvas. Rojas o verdes?_
Las que sean, maldición. Siempre y cuando no me traigas pasas.
_Las que tú quieras, cielo_
Colgué y me he dispuesto a leer el periódico en lo que la niña se digna a llegar.
Se hace tarde, el sol comienza a bostezar y la luna planea robar cámara ésta noche, así lo anuncia su prematura aparición a las seis de la tarde. La puerta se abrió de un golpe.
_¡No maltrates la puerta!_ le grito a mi sobrina
_¡Perdón Tía! Traigo demasiadas cosas en las manos, no puedo abrirla con delicadeza_
Claro que puedes mocosa, que no quieras es distinto. Pero ya está aquí y colocaré las uvas en sus platos. Los invitados deben comenzar a llegar más o menos dentro de media hora, durante la cual dormiré.
_¡Tía!¡Se quema el pavo!_
No se quema. Está ahumado.
_La que cocina aquí soy yo. ¡No metas tus manotas, escuincla!_ Le doy un abrazo y ajusto la temperatura del horno. El pozole lo apagué desde hace unos minutos. Iré a dormir.

Todo ha salido según lo planeado. Los invitados inclusome dieron más tiempo de dormir al llegar una hora después. Comencé a servir los platillos a las diez de la noche, después de botanear. Y ahora, faltando diez minutos para las doce, hemos repartido, entre mi sobrina y yo, las uvas.
Sintonizamos el radio, da igual qué estación, todas lo transmiten: "Y ahora, estamos listos para las tradicionales doce campanadas que darán inicio a un nuevo año. Un nuevo año lleno de felicidad y gozo para muchos." Silencio. La primera campanada y la primera uva. La más sencilla. Segunda campanada, puedes sentir aún el eco de la primera, y la primera uva que apenas comienza a deshacerse en tu boca se encuentra con la segunda. Tercera campanada, aún el eco de las otras dos y tres uvas en tu boca. Cuarta y entonces, algo extraño sucede. No hay más uvas en nuestros platos. Todos nos miramos asombrados mientras escuchamos las siguientes campanadas. Ya no hay transmisión. Algo ha sucedido. De pronto, una amiga grita. ¿Se le atoró una uva en la garganta? ¡Se está ahogando! Alguien la intenta ayudar pero tiene una uva en el ojo. ¡Uvas! ¡Están saliendo de las bocas de los comensales!
_¡Tía! ¡Tghhhiia! ¡Tghhhhhhhhh!_ La cara de mi sobrina se torna morada.
Miro hacia todos los lugares posibles y veo a mis invitados en el suelo o recargados sobre los muebles. De pronto, veo aproximarse a velocidad vertiginosa un proyectil rojo. Siento un dolor ciego, mi ojo sangra. ¿Qué es lo que está sucediendo? ¡No lo entiendo! Pido ayuda y nadie viene. Cuando por fin logro desprender la uva de mi ojo sangrante, corro a la cocina a leer la lata en la que venían los frutos. Leí la etiqueta con los ojos desorbitados y el cristal rompiéndose, los fuegos artificiales y los gritos de mis invitados como música de fondo.

"Tenga cuidado al dar las doce. Ingerir las doce uvas tradicionales [Ni una más, ni una menos] al tiempo exacto de las campanadas. Si no ingiere rápidamente las uvas, según el instructivo, ellas le ingerirán a usted."




"Si habeís visitado mi humilde espacio en un día como éste, os compadezco y agradezco, mortales. Un buen año os espera en el futuro próximo, y el agujero negro que dehilachará a la humanidad tardará mucho en llegar. Lo prometo. ¡Feliz Año Nuevo!" -Devendrah




2 elefantes:

Anónimo dijo...

eliiiiiiiii encontree donde ponerle comentarios buenas historias muy a tu estilo jaja bno nos vemos no se que mas poner en un flog ! o BLOG jeje by

PD: para que chingados quieren que ponga una palabra abajo de verificacion te voi a secuestrar no?

Alfonso Caligari dijo...

Maravilloso! =) Saludos y un abrazo Devendrah.