Del Vicio de observar Abismos y Cielos

Author: Devendrah / Pequeñas memorias: , ,

"Quizás somos todos un invento de todos. ¿Podremos poseernos unos a otros de igual manera que nos inventamos?" -D.


Una invocación célibe y arrepentida toma desprevenida a la Luna, escucha de todos. Implora perdón por un futuro y un sentimiento podrido en sus entrañas. Muerto, vacío e infame, seca las tripas de aquél que inicia el ruego. No es un ritual demoníaco. No es un satanismo ni es iniciación a un ateísmo barato e hipócrita, tampoco lo es para el verdadero ateísmo. Es simplemente lo que la luna escucha en sus alturas, impávida, irreconocible ante los ojos de los ciegos. Irrepetible ante el pincel de los artistas. Impronunciable para los enamorados. Pero llegó el clamor de aquél corazón roto y aquél rostro cubierto de lágrimas a oídos de la diosa blanca de la noche.
- ¡Escúchame, Luna! ¡Única testigo y cómplice de todos mis actos trascendentes!- gritó, desgarrando el silencio- ¡Escúchame por última vez, antes de que desaparezcas detrás de las nubes, solapadoras tuyas! ¡Hoy me suicido! ¡Doy término a mi vida, con las más dulces palabras de amor en los labios! ¡Son tuyas, diosa mía! ¡Tómalas! ¡Invoco tu presencia por última vez! ¡Nunca te has dignado a aparecer frente a mí cuando te lo ruego... cuando lo necesito! ¡Hazlo ahora, mi último suspiro!- se recostó sobre la hierba húmeda, mirando el cielo, implorando mentalmente lo que su drogada lengua no podía hilar. Cerró los ojos. Poco a poco. La obscuridad aparente le envolvía, le llenaba, le pedía abrir los ojos, y no quería.
- Abre los ojos- le dijo una voz
Él siguió tendido en el suelo sintiendo cada poro, cada milímetro de su ser.
- Abre los ojos
Escuchó la voz, la paladeó. Saboreó cada palabra, mojándola en saliva y tragándola para perderla en el hueco infinito de su alma.
- Ábrelos
Sus pupilas quedaron expuestas y se levantó hasta quedar sentado. Veía una persona frente a él, y al mismo tiempo ignoraba por completo su existencia, no la veía.
- Levántate y anda- dijo dulcemente- Camina conmigo, fallido suicida
Tardó unos minutos en enfocar la mirada en aquel rostro casi transparente de infinita hermosura. Sus cabellos blancos volaban libres, bailaban al ritmo de la brisa de la media noche.
- ¿Eres tú? ¿Por fin?
- Soy yo, pero no soy- dijo ella, dándole la espalda y emprendiendo la caminata. Su desgarrada túnica blanca le brindaba un fulgor angelical y macabro a la vez.
- Te he esperado
- Puede ser. ¿Cómo saberlo? Desde que naciste, puede que haya comenzado tu travesía para encontrarme. Puede que no- un velo de misterio cubría su voz
- ¿Por qué no me miras? He soñado mil y un veces tu rostro, y mil y un veces he despertado llorando al perderlo en la memoria
- Mil y un veces ¿He sido yo?- dijo pausadamente
- Lo has sido
Giró su cuerpo y fijó sus ojos violetas en él. Un iris de color indescriptible le señalaba, acusador. Blanquísimos filamentos enmarcaban todo.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro?
- Eres el amor de mi vida ¿Cómo no habría de reconocerte?
_ ¡Fallido suicida, mentiroso! ¿Cómo osas ensuciar el nombre del amor con tu iluso deseo? ¡Deseo! ¡Eres simplemente un mortal estúpido sin trazas de sentimiento! ¿Siquiera sientes algo por ti...?
- Asco
- ¡Asco! ¡Yo también lo siento...!
- ¡Ódiame! ¡Lobera tu más insensata furia sobre mí! ¡Poséeme...!
- ¡Poseerte!- se burló- ¿De qué sirve un dedo amputado a un tanatopráctico? ¿De qué sirve un evangelio sin gente con fe ciega y mente abierta? ¿De qué sirve una sola alma al Hades? ¡No me sirves! ¿Para qué podrías servirme tú?
- ¡Para lo que quieras! ¡Quiéreme, ódiame...!
- Es estúpido. Es sentir lo más mínimo por una roca. ¡Un desperdicio de pensamiento dirigido hacia algo inexistente!- saboreó cada sílaba de la última palabra. Sus ojos brillaron con una pasión desconocida para él.

Se había negado a entablar una relación sentimental hasta encontrarse por primera y última vez con su única amada nocturna. Había estado solo casi toda su vida, habíase visto en situaciones espirituales miserables. Había estado a punto de dejar de lado su propósito e irse con mujeres terrenales que le ofrecían los placeres de la carne y el corazón desnudo, mientras el suyo propio se deshacía en llanto, esperando la noche en que la diosa llegara. Pintábala en lienzos, escribíale versos. Le cantaba para luego dormir con su sabor en la boca y en las manos su tacto.
- ¡...inexistente!- escuchó en un eco
- ¡Libérame de esta agonía! ¡Destrózame con esas finas manos que soñé me desnudaban y me amaban! ¡Destroza mi alma, mi cara, mi cuerpo!
- No
- ¡Hazlo, te lo imploro! ¡No logro llenar el vacío... Y créeme, ¡es un sentimiento de vacío tan infinito como el Universo mismo! Lo que siento o dejé de sentir por ti me ha vaciado la tripa. ¡Dime, tú, tan hermosa, tan hueca, qué es lo que debo hacer yo para remediar mi hambre de amor! ¿Es que acaso debo aprender a vivir sin pensar en tu mera existencia? ¿es que, acaso no existes en realidad? Puedes ser simplemente el espejo de mi alma rota, un invento de mi mente enferma y mi cuerpo mutilado por el pasar de los años. !Pero no lo eres! Y yo lo sé demasiado bien como para negarte, o peor aún, negar mi sentir.
Me ignoras. Te ignoro. No se puede hacer más cuando dos corazones se evitan mutuamente. No nos separa ninguna circunstancia adversa, ninguna persona maliciosa, ningún espacio rencoroso. El por qué de nuestra lejanía permanece en las tinieblas para mí. Vivimos juntos estando tan lejos. ¿Por qué has dejado de amarme? Te inyecté la más pura pasión existente, y la has vomitado con el más frío desdén en unos minutos. ¡Minutos! Cuando fueron años los que tardé en crear una Utopía para los dos ¡Años! ¿O es que jamás me amaste?
- No es mi culpa. No es culpa de nadie, sólo tuya.
- ¡Mírame bien! ¡Recuérdame! Recuerda mis versos, mis cartas. ¡Recuerda mi voz, princesa albina que reina y ordena dentro de mí! ¡Recuerda, porque mi olvido no vendrá jamás! ¡Es asco lo que siento porque todo sentimiento puro y benigno lo he destinado a ti! ¡Mátame! Soy un suicida frustrado ¡Mátame! ¡Soy sólo un amante destrozado! Mátame porque muero de dolor al ver que no eres lo que esperé ¡Mátame!
- No puedo matarte- dijo, y emprendió el regreso al lugar de donde habían venido
- ¡Puedes! ¡Quieres! ¡Yo lo quiero también! ¡Que claven esos ojos en mí su purpúreo resplandor y sea ello lo último que vea! Mátame por favor..-
- No puedo matarte... -dijo, dándole la espalda y deteniéndose
- ¡Puedes! ¿Qué te lo impide, dulce reina? ¡Estoy dispuesto, atesta el mortal golpe!
- No puedo matarte porque...
- ¡No me des razones! Tu sentir y parecer los has dejado claros ya. No me amas y lo acepto, lo trago aunque signifique tragar navajas. ¡Haz con tu frase como con mi existencia!
- ...No puedo hacerlo porque...- dio la vuelta. Dejó a la vista, yacido sobre la hierba fresca, un cuerpo sin vida- ...porque ya estás muerto, querido. Y tú, espíritu, me acompañarás. Te unirás a las víctimas del engaño y los pecadores sin fin ni medios.
- ¿Quién eres? ¿Eres tú, acaso...? ¿Eres quien esperaba?
- Soy y no soy. Y desde el nacimiento, tu destino ha sido encontrarme, lo quisieras o no. Es el destino de todos, lo esperen o no.


"Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti." -F. Nietzsche

1 elefantes:

Erickkkkkkkkk dijo...

Que ondaaaaaaaaaa
Disfruté de algo parecido a mi escrito pero con el suave tacto mutador de tu alma, que buen escrito me dejaste con la duda de su suicidio aunque sabía que despúes de un corto intro ya suponía que estaba muerto.

Igual que todos nosotros y excatamente igual a veces no nos damos cuenta de que nuestra existencia tal cual la hayamos vivido llega a terminar en los momentos que más deseamos pero que tememos que se ese deseo se nos haya cumplido.

Algo gracioso escribiste lobertaaaaaaaaaaaaaaaaaa (jaja)

Te quedo talentosa alma que yaces en ese cuerpo tan.....