Bruxismo

Author: Devendrah / Pequeñas memorias: , ,

"Razones sobran para pensar que la vida es adúltera, malagradecida. Es una prostituta que se para en una esquina y se va con el primero que le apunta con una pistola, la amarra con una soga, o le da una cuchillada. Y yo que le quería. He perdido el amor por la vida. Por una vida que jamás profesó siquiera un ligero afecto por mí" -D.




Abrió la boca, soltó un grito y se le escapó el alma. Esa pequeña y frágil almita que habitaba dentro de él haciéndolo orgulloso.. no tanto, simplemente poseedor de una dotación de sentimientos. Ahora se había escapado, harta de su tarea hipócrita. Se sintió por mucho tiempo atarapada en una especie extraña y deforme de caja de Pandora, ahora no se sentía ni siquiera así. Simplemente tenía curiosidad por saber el aspecto del mundo exterior, el mundo en el que los cuerpos parecían, sólo parecían, gobernarse a sí mismos con absoluta libertad, inclusive pareciendo tomar decisiones visceralmente. Pobres idiotas. Muy dentro, en sus profundidades recónditas, algo en ellos les impulsaba a tomar las medidas necesarias para cumplir los caprichos del alma. Nada era visceral. Las 'fallas' no lo eran en esencia, todo estaba planeado desde un inicio. Ya para resultar como una moraleja, ya para cambiar la forma del cuerpo que contenía el alma. Pobre idiotas.
Mientas se alejaba de su prisión hecha de carne y tripas, experimentó una sensación de absoluta viveza, libertad, tranquilidad. Viajó por encima de muchas cabezas humanas. Muchas de ellas hacían cosas terribles que jamás había visto, desde que las almas no pueden ver a través de los ojos humanos, lo que comandan, prisioneras en un aparador. ¡Pero las almas de esos humanos debían impedir semejantes atrocidades! ¡Ésa era su encomienda! A menos que... no. No era concebible para esa pequeña y egoísta almita voladora, exploradora del mundo humano, que un alma alcanzara un estado de putrefacción tan... no. A pesar de haber tenido un contacto nulo con otras almas era impensable tal cosa. No creía posible el deceso de un alma... Sintió una punzada en el cuello.
Siguió recorriendo campos, callejones. Disfrutando a medias el paisaje a causa de la constante punzada en la nuca. Nada le impresionó tanto como la brutalidad humana. Sintió una punzada aún más fuerte. Olvidaba el motivo por el cual había abandonado a su cuerpo. No recordaba su última orden. No recordaba... nada. Una punzada más fuerte le nubló la vista. Debía... evitar algo. Sí, eso era. Evitar algo. Una última punzada le hizo desvanecerse en el abismo eterno en el que caen las almas que abandonan un cuerpo que las necesita para una decisión importante. Una última punzada le recordó lo último que debió hacer antes de abandonar el cuerpo.

A lo lejos, desde un cobertizo asqueroso al cual entraba un mísero rayo de luz por un ventanuco, un tipo apuntaba con una pistola a su hijo, bastardo según su reclamo. Abrió la boca y profirió un grito, pero su alma no volvió. Jaló del gatillo.

3 elefantes:

Jo Pelerín dijo...

Es definitivo, amo los finales de tus cuentos... Son tan fuertes, tan inesperados, y dejan con un sabor de boca muy, muy especial.

De la idea del texto... Totalmente de acuerdo, sólo alguien sin alma puede hacer lo que hizo tu personaje.

Devendrah dijo...

Gracias Jo!
Es, realmente, que la gente se está deshumanizando. Para el próximo año seguramente el mundo será 50% más cruel de lo que es ahora... Algo hay que hacer.
Un abrazo.

Percival dijo...

maravilloso. y estoy con Jo tus finales siempre me sorprenden. y tambien estoy de acuerdo contigo de que el siguinte año el mundo será 50% peor; pero todo se puede solucionar con la esperanza y los valores. felicidades.