Cuando Todo Comenzó...

Author: Devendrah / Pequeñas memorias: , ,

Y el Sol fue. Y el fruto verde y jugoso que se disolvía lentamente en mi boca me provocaba una sensación de relajación. El calor comenzaba a derretirle así que apuré su ingesta, después de todo tenía que asistir a la cita del ser amarillo limón, y el olor no se iría hasta pasado un buen rato.
Cuando todo comenzó, mi mano parecía una aberración del creador de mi especie. Seguramente se había tragado unos cuantos pedazos de frutas carnívoras alucinógenas antes de empezar con la elaboración de mi cuerpo. Cuando finalmente hubo terminado, seguía tan desapegado de la realidad que decidió ponerme en el lugar justo y el momento indicado de existencia para que el resto de la especie se entregara al completo y sencillo arte de la burla.
Siendo así, deambulé por el paraje desolado, escuchando las risas a mis espaldas. Si los ojos de esos seres coloridos pudieran atravesar el exterior sabrían lo que en el fondo deseo. Si sus lenguas fueran más pensantes tal vez dejarían de ser lo que son. Es su volatilidad de pensamiento lo que les hace tan débiles y fuertes a la vez. Pero no puedo cambiarlo.
Sentí, mientras cabilaba, un golpe en la cabeza.
_Levántate, deformidad andante_
Haciendo caso omiso del insulto, cerré los ojos y recordé. Vi mi iniciación en el culto de las Cuarenta Vidas y vi los ojos de aquélla muchacha escondida entre los bloques de plastierra. Nunca los volví a ver después de que la descubrieron y se los sacaron.
Sentí otro golpe y algo fluir por mi cuello.
_Pedazo de nulidad. Levántate o dejaré tu cabeza igual que tu mano_
Levanté la vista y la radiación del Sol lastimó mis retinas.
_¿Qué buscas?_ murmuré _Ni siquiera te conozco_
Comencé a perder la visión y caí en un abismo de inmensa obscuridad. Caí durante mucho tiempo, no pude siquiera calcular por cuánto. Sentí el húmedo calor del aire lamer mi piel, anulando cualquier sonido. No había olor a nada. No sentía ninguna emoción. Tan sólo sentí el cuerpo flotar hacia el infinito. Cuando finalmente sentí ese vacío tan peculiar en el estómago que recorre la columna y vibra hasta la cintura, que baja desde la oreja hasta donde la espalda pierde su nombre. Y cesó. Un golpe seco hizo mis partes salir disparadas hacia cualquier lugar. Y de pronto me sentí vacío. Mi tronco había perdido toda traza anterior de ser un cuerpo. Y sin embargo tampoco sentí dolor alguno. Me había desprendido de mi repugnante mano junto con otras partes. Sentí felicidad. El vacío que sentía me atestaba de felicidad. Me había deshecho de la mostruosidad que había cargado desde el inicio de mi existencia. Pude ver un punto blanco acrecentarse justo sobre mi cabeza. Enmedio de semejante obscuridad se fue haciendo grande con lentitud.
Seguío recordando los ojos de aquélla chica. Eran violetas. Pero no era el violeta que se puede encontrar en cualquier par de ojos femeninos. Eran especiales, brillaban. Y brillaron aún más cuando se le llenaron de lágrimas al saberse descubierta. Miré de nuevo al punto. Aún parecía estar lejos.
Algunos de los sacerdotes de las Cuarenta Vidas sospecharon su presencia desde que inició la ceremonia, pero sabían que su mente no soportaría mucho tiempo antes de comenzar a emitir ondas detetctables para cualquiera. El miedo corría por sus venas desde que logró colarse allí. La duda persistía en su cabeza y desesperación aderezaba al tener la seguridad de que jamás lograría salir viva.
Miré otra vez el haz de luz blanca. Había comenzado a crecer.
Cuando llegó el momento de beber la sangre verdos del Obispo pudimos todos sentir la vibración del asco proveniente de una esquina apartada del altar. Me había enamorado instantáneamente de aquélla presencia, pero no podía defenderla. Ni tampoco podía bloquear su dolor como hubiera hecho cualquiera. Tenía que escoger entre su vida y mi vida. Se aproximaron los sacerdotes y señalaron la esquina. El Obispo miró sin hablar, esperando. Las vibraciones se hicieron más fuertes y pudimos ver correr un hilillo de líquido azul por el suelo. Era miedo. Miedo puro, líquido y concentrado. Uno de los sacerdotes se inclinó y recogió un poco en un cáliz plateado, se tomó un tiempo para saborear su olor y se lo bebió. De inmediato recobró el color amarillo limón que debió tener cuando joven. Los demás se miraron asombrados y se abalanzaron contra la unión de paredes. El Obispo los detuvo.
Las vibraciones desaparecieron y el Obispo se acercó lentamente. Un pequeño hilo de luz se colaba entre la unión de la plastierra y el suelo. Con un movimiento rápido, el Obispo abrió de par en par la pared, dejando al descubierto a la criatura que había dotado de juventud al sacerdote. Miró con esos enormes ojos violeta a su alrededor y sollozó prediciendo su destino.
El sacerdote levantó una mano y una cegante luz salió de ella. El grito que salió de esa boca deshizo unos cuantos frutos verdes apilados en el altar. Su lengua desapareció, pero la esencia dentro del cuerpo gritó que cobraría venganza. El Obispo levantó la otra mano y la mirada violeta se separó de su lugar de origen. Parecía intentar levantarse y...
Miré el agujero blanco gigantesco que se había formado mientras me sumergía en remembranza.
Sentí de nuevo mi mano. Lloré de desesperación. Imploré que no fuera verdad y traté de incorporarme, no pude. Se me cerraban los pulmones, algo me aplastaba. Sentí algo caliente en los ojos y mi visión se tornó violeta. Sentí la vibración que tan bien ya conocía. No podía bloquear el dolor, sentía mi piel chamuscarse al simple encuentro de la luz. Sentí la piel de mi cara estirarse como jamás se había estirado al gritar. Mi lengua se deshizo y sentí sus restos deslizarse por mi garganta. No quería sentir mi mano de nuevo. ¡No la mano por la que había sufrido tanto! ¡No podía volver!¡No ahora! Intenté incorporarme una vez más, sentí mis ojos salir de sus órbitas. Y el Sol fue.

4 elefantes:

Anónimo dijo...

Encontrar las palabras exactas para formar tan sólo un pensamiento es una tarea delicada y difícil de lograr.

Poder conectar esa serie de palabras para formar pensamientos y de ahí partir hacia historias extraordinarias es una empresa aun mayor.

Lo que tu haces es simple y puro talento, debes sentirte orgullosa y debes continuar prácticandolo, paso a paso llegaras a una etapa sublime en tus letras!

Atte. El extranjero

Anónimo dijo...

wooo eli enzerio te admiroo cañoon ha ezcribez bn padre! y no zolo ezo... erez zuper talentoza en un buen d cozaaz! zigee ziempree azii! te qieroo amigaa! feliceez fieztaaz!

atte. denii

Anónimo dijo...

Ta muy chido chika...me enkanta kmo escribes y ps la histori me latio.....aunk no va tanto kn mi estilo...esta es la esepción... sigue así.

Zero no Zaga

Anónimo dijo...

Como demonios ellos si pudieron y por q yo no!!!!!!!!

Bueno hola para empezar y ahora q ya puedo escribir psssss me latio la historia aunq algo confusa para mi,(talves sea porq no leo mucho) ahhh y como no tengo tantas ganas de escribir es lo unico q dire

Att. AdIvInA quien soy!!!!!!!!